domingo, 7 de octubre de 2007

SIGUEM PONTS

Dimecres passat va començar el curs pels Universitaris Loiola. I la primera pregària de curs em va agradar i em va fer reflexionar, aquí en teniu un fragment...

[...] No hay tarea más hermosa que dedicarse a tender puentes hacia los hombres y hacia las cosas. Sobre todo en un tiempo en el que tanto abundan los constructores de barreras. En un mundo de zanjas, ¿qué mejor que entregarse a la tarea de superarlas?
Pero hacer puentes-y, sobre todo, hacer de puente- es tarea muy dura. Y que no se hace sin mucho sacrificio. Un puente, por de pronto, es alguien que es fiel a dos orillas, pero que no pertenece a ninguna de ellas (...).
Mas si el puente no pertenece por entero a ninguna de las dos orillas, sí tiene que estar firmemente asentado en las dos. No "es" orilla, pero sí se apoya en ella. Ser puente es renunciar a toda libertad personal. Sólo se sirve cuando se ha renunciado.
Y, lógicamente, sale caro ser puente. Este es un oficio por el que se paga mucho más que lo que se cobra. Un puente es fundamentalmente alguien que soporta el peso de todos los que pasan por él. La resistencia, el aguante, la solidez son sus virtudes. En un puente cuenta menos la belleza y la simpatía -aunque es muy bello un puente hermoso-; cuenta, sobre todo, la capacidad de servicio, su utilidad.
Y un puente vive en el desagradecimiento: nadie se queda a vivir encima de los puentes. Los usa para cruzar y se asienta en la otra orilla. Quien espere cariños, ya puede buscar otra profesión. El mediador termina su trabajo cuando ha mediado. Su tarea posterior es el olvido.
Incluso un puente es lo primero que se bombardea en las guerras cuando riñen las dos orillas. De ahí que el mundo esté lleno de puentes destruídos.
A pesar de ello, amigos míos, qué gran oficio el de ser puentes, entre las gentes, entre las cosas, entre las ideas, entre las generaciones (...).
Hay que tender puentes, en primer lugar, hacia nosotros mismos, hacia nuestra propia alma, que está la pobre, tantas veces, incomunicada en nuestro interior. Un puente de respeto y de aceptación de nosotros mismos, un puente que impida ese estar internamente divididos que nos convierte en neuróticos.
Un puente hacia los demás. Yo no olvidaré nunca la mejor lección de oratoria que me dieron siendo yo estudiante. Me la dio un profesor que me dijo: "No hables nunca A la gente; habla CON la gente". Entonces me di cuenta que todo orador que no tiende puentes de ida y de vuelta hacia su público nunca conseguirá ser oído con atención. Si, en cambio, entabla un diálogo entre su voz y ese fluido eléctrico que sale de los oyentes y se transmite por sus ojos havia el orador, entonces conseguirá ese milagro de la comunicación que tan pocas veces se alcanza.
Entonces entendí también que no se puede amar sin convertirse en puente; es decir, sin salir un poco de uno mismo. Me gusta la definición que da Leo Buscaglia del amor: "Los que aman son los que olvidan sus propias necesidades". Es cierto: no se ama sin "poner pie" en la otra persona, sin "perder un poco pie" en la propia ribera. Entonces entendí tambien que no se puede amar sin convertirse en puente; es decir, sin salir un poco de uno mismo.
Y bendito el oficio de ser puente entre personas de diversas ideas, de diversos criterios, de distintas edades y creencias. [...]

Constructor de Puentes
José Luís Martín Descalzo

A vegades topar amb gent de diferents creences o opinions, et fa trontollar una mica allò en què penses o el que creus. Estils de vida diferents dels que coneixes o dels que comparteixes fan replantejar-t'ho tot, fins i tot pensar si el teu estil de vida val la pena, si és això pel qual vols viure. Però trobo que d'aquest dubte, d'aquesta batalla interior, en surts beneficiat, i un cop has pogut reflexionar, fins i tot les creences o opinions s'enforteixen o acaben de perfilar-se i definir-se.
A més, buscar el que ens uneix enlloc del que ens separa, acceptar les diferents maneres de veure les coses i valorar-ne les virtuds, és un exercici que ens ajuda a madurar, a relacionar-nos amb els altres, a conèixer més les persones que ens envolten, a estimar-les i...en definitiva, a ser més feliços.

Ser ponts. No trobeu que val la pena, almenys intentar-ho??

3 comentarios:

Txaro dijo...

Molt xula la pregària Regina! Moltes gràcies! Me la podries passar sencera? Ens anirà molt bé per l'esplai.

Cris Ruano dijo...

És que hi ha un nivell! ;)
I els comentaris de la Regina, com sempre, no és queden enrere!

Lluís dijo...

Gràcies per la pregària, Regina.